Jordi Wild con la astronauta Sara García Alonso

Una plática muy interesante de Jordi Wild con la primera astronauta española, en la que se tocan diversos temas, como los métodos de selección de la Agencia Espacial Europea, la vida en la Estación Espacial Internacional o los beneficios de la exploración espacial. También se habla, aunque muy poco, de turismo espacial (por el minuto 2:16.31).

Segundo lanzamiento del Starship

Aquí traemos el enlace para ver el lanzamiento del Starship del pasado sábado 18, con explosión incluida. Debe decirse que, pese a la explosión, el lanzamiento fue considerado un éxito por SpaceX, porque las cosas fueron mucho mejor que en el primer intento, y también por todo lo que se ha aprendido para futuras misiones. Más información:

https://cnnespanol.cnn.com/2023/11/18/spacex-starship-segundo-lanzamiento-cohete-trax/ https://www.bbc.com/mundo/articles/ce4p78x9w89o

Space Perspective: hacia arriba sin contaminar

¿Volar al espacio sin emisiones de carbono? Parece demasiado bueno para ser verdad, pero ésta es efectivamente la gran apuesta de Space perspective. Se trata, como vamos a ver, de una experiencia muy diferente a las ofrecidas por Virgin o Blue Origin. Y la base de ello es que esta empresa no utiliza cohetes, sino un globo espacial.

Space Perspective propone un ascenso muy suave al límite del espacio, sin experimentar fuerzas G, un viaje de seis horas en el cual se sirven cocteles a medida que su nave, la Spaceship Neptune, va ganando altura. Este concepto de space lounge es sumamente atractivo, pero creo que las cero emisiones representan un argumento mucho más poderoso, en especial para ciertos mercados-meta. Se trata de un clarísimo llamamiento moral, usando la terminología de Kotler, un llamamiento, además, cuyo atractivo no dejará de crecer en las próximas décadas. Eso es lo que busca la empresa cuando habla de “Vuelos espaciales que ponen a la Tierra en primer lugar”.

La tecnología de la Spaceship Neptune ha sido utilizada por la NASA durante décadas. Se trata de los conocidos globos espaciales, capaces de alcanzar grandes alturas y utilizados para transportar distintas cargas, entre ellas instrumentos científicos delicados, a la atmósfera. (Me pregunto si también son esos mismos globos que se suelen citar  como explicación de los ovnis… O los globos chinos que últimamente están sobrevolando América…).

Según afirma la empresa, la cápsula que va sostenida por el globo espacial posee nueve cómodos asientos, para ocho pasajeros y el piloto. Sus ventanas panorámicas permiten una visión de 360° y se anuncian como las ventanas más grandes que viajan al espacio –un episodio más en lo que podríamos llamar la guerra de las ventanas que, si no recuerdo mal, inició Blue Origin. Dado que ver la Tierra desde el espacio es una de las principales motivaciones de los turistas espaciales, se entiende la importancia de este punto. Por si ello fuese poco, la cápsula cuenta con Wi-Fi: ¿qué podría ser mejor que hacer una retransmisión en directo de tu primer viaje al borde del espacio?

Digo al borde del espacio porque los globos no pueden llegar al espacio (aquí lo explican con claridad). La empresa tiene en cuenta este hecho y, aunque en diversos lugares de su web utiliza expresiones como “viajar al espacio” o “vuelo espacial”, su mensaje en la página de bienvenida, o sea, lo primero que ve cualquiera que visita el sitio es “Reserva hoy el viaje al límite del espacio que cambiará tu vida”. De este modo, no puede decirse que los mensajes pretendan ofrecer nada diferente a lo que realmente ofrecen. Y se trata, como hemos visto, de una propuesta muy atractiva, especialmente para aquellas personas preocupadas por el medio ambiente.

El precio es de 125,000 dólares estadounidenses por el viaje de seis horas, dividido en tres etapas: las primeras dos horas de ascenso, luego dos horas en el apogeo del vuelo, flotando a cien mil pies de altura (unos 30 kilómetros) para ver la curvatura del planeta y el negro del espacio, y otras dos horas de regreso a la Tierra. En este enlace, la empresa detalla toda la experiencia, comenzando 72 horas antes del lanzamiento.

Space Perspective fue fundada por Jane Poynter y su esposo Taber MacCallum (por cierto, ambos participantes en el famoso proyecto Biosfera 2).

Los dos esposos volarán en el viaje inaugural de esta empresa, que se llevará a cabo durante el 2023 y que servirá como prueba general de la nave y de la propia experiencia de vuelo. Los vuelos comerciales iniciarán en 2024; por el momento, ya hay unas seiscientas personas que han reservado su plaza. ¿Te animarías tú que sigues este blog? ¿Qué te parece?

Jose Maria Filgueiras Nodar (Universidad del Mar).

Axiom Space

No debemos caer en el error de considerar que el turismo espacial, mucho menos las empresas espaciales privadas, se limitan a ese “trío de ases” formado por Virgin Galactic, Blue Origin y SpaceX. Existen otras alternativas, y hoy quiero hablar de una de ellas, precisamente la que da título a esta entrada.   

Axiom Space es una compañía fundada en 2016 por Michael T. Suffredini y Kam Ghaffarian, dos empresarios con una amplísima experiencia en la industria del espacio. Su principal objetivo es tan ambicioso como convertirse en los creadores de la primera estación espacial privada del mundo, algo que planean conseguir en 2025.

La web de la empresa muestra todos los servicios que pueden prestar a sus posibles clientes. Así, por ejemplo, ofrecen a agencias espaciales de diferentes gobiernos la posibilidad de construir programas de vuelos tripulados, además de probar diversos sistemas de exploración. A las compañías e individuos con interés en la innovación tecnológica les dan la oportunidad de realizar investigaciones (acerca de múltiples temas, como medicina regenerativa o ciencias de la vida) y también de llevar a cabo procesos de manufactura (de implantes, aleaciones, etc.) en un ambiente de microgravedad, con las ventajas que ello implica. Y, desde luego, ofrecen viajes a la Estación Espacial Internacional para astronautas privados.

Dentro del mundo del turismo espacial, a veces es común encontrar “mucho ruido y pocas  nueces”: compañías que tienen grandes ideas y ambiciones pero que no llegan ni siquiera a acercarlas a la realidad –cuando no empresas que únicamente cuentan con una poderosa retórica. En este caso, hay que decir que Axiomspace ya ha dado muchos y muy buenos resultados.

Por ejemplo: en 2022 fue la primera empresa en enviar una misión completamente privada a la Estación Espacial Internacional. Se trató de la llamada Ax1, una misión de 17 días que se lanzó el 8 de abril, llevando a tres turistas espaciales: Eytan Stibbe, Larry Connor y Mark Pathy, quienes pagaron 55 millones de dólares cada uno. La misión estuvo comandada por  Miguel López-Alegría, el primer astronauta nacido en España, con una gran experiencia en el espacio, de 215 días y diez paseos espaciales.

Por otro lado, la empresa acumula dos mil millones de dólares en contratos y adjudicaciones. Por poner un ejemplo, en septiembre del año pasado se le adjudicó un total de 228 millones para desarrollar los trajes espaciales de las misiones Artemis. Esta confianza por parte de la NASA recuerda un poco, o al menos yo lo veo así, a lo que sucedía con SpaceX un tiempo atrás.

Además, Axiom puede presumir de que cuenta con un gran equipo humano. Ya he mencionado a Miguel López-Alegría (o Mike L-A, como se le conoce en el mundillo espacial), pero él no es el único astronauta: la empresa ha fichado también a Peggy Whitson, la experimentada astronauta norteamericana que comandará la misión Ax2.

Axiom cuenta también con la presencia de Charles Bolden, administrador de la NASA entre 2009 y 2017, y tiene en su junta directiva a una de las personas con más experiencia en el desarrollo de cohetes reutilizables: Rob Meyerson, antiguo presidente de Blue Origin y considerado como el principal responsable de su crecimiento. Así pues, se trata de una compañía que ha sabido hacerse con una enorme dosis de talento humano, lo cual representa siempre un punto a su favor, una posición ventajosa en cualquier conjetura acerca de su futuro.

De momento, esperaremos su próxima misión a la Estación Espacial Internacional, planeada para la primavera de este año.

José María Filgueiras Nodar (Universidad del Mar).

Cine y turismo espacial

Comparto esta participación en un podcast al que fui invitado por la Dra. María Teresa López Martínez, compañera y amiga de mi universidad.. El tópico central: las visiones del turismo espacial en el cine. Aunque, desde luego, acabamos platicando de muchos otros temas.

Pulsa sobre la imagen para acceder.

José María Filgueiras Nodar (Universidad del Mar)

¿Le debemos la vida a la investigación espacial?

La tecnología desarrollada en la investigación espacial ha aportado grandes beneficios a la humanidad. En otra entrada de este blog, ya he hecho una mínima introducción al tema; hoy quisiera presentar de manera exclusiva algunos beneficios en el terreno de la investigación médica, defendiendo la idea de que, en cierta medida, todo mundo le debe la vida (o al menos una buena parte de su salud) a la exploración espacial, y que esta situación no parece que vaya a cambiar en las próximas décadas.

Comenzaré con la salud cardiovascular, que tiene sin duda una deuda relevante con la investigación espacial. Por ejemplo, los marcapasos, desfibriladores automáticos implantables y resincronizadores pueden ser monitoreados a distancia, lo cual los vuelve mucho más efectivos. Este monitoreo a distancia se basa en los sistemas de telemetría utilizados para controlar el estado de las naves espaciales e intercambiar esa información con su centro de control. Realmente, puede decirse que toda la telemedicina es heredera tanto del desarrollo de los medios de comunicación como de la propia investigación espacial.

Las bombas (pump hearts) que permiten a los pacientes más críticos de corazón que éste siga bombeando la sangre por todo el cuerpo mientras esperan un trasplante, se han desarrollado también gracias a la investigación espacial, concretamente a las investigaciones sobre el flujo de fluidos en los motores de cohete. Y los láseres de altísima precisión con los que se monitorean los gases atmosféricos sirven hoy día a los cirujanos cardíacos para llevar a cabo actividades como la limpieza de arterias o los bypass coronarios.

Por otra parte, la investigación llevada a cabo en la Estación Espacial Internacional para proteger las vías aéreas y pulmones de los astronautas, como el monitoreo de óxido nítrico en la respiración, una molécula que sirve como marcador del asma o de inflamación en los pulmones, ya está ayudando a muchos pacientes en la Tierra (por ejemplo, hay en el mundo 300 millones de personas con asma, que pueden beneficiarse de los tests rápidos que han surgido con los avances de la investigación espacial).

El tratamiento del cánccer también se beneficia enormemente de la investigación espacial. Citaré a continuación algunos ejemplos, comenzando por los que tienen que ver con el plasma. Éste es uno de los cuatro estados fundamentales de la materia: un estado fluido, parecido a un gas, cargado eléctricamente. El plasma es el estado más común del universo, puesto que el 99% de la materia se encuentra en dicho estado, pero no es común en la superficie de nuestro planeta. Las condiciones de microgravedad de la Estación Espacial Internacional, que permiten la formación de cristales de plasma ordenados, facilitan en gran medida la investigación acerca de este estado de la materia, cuyas aplicaciones médicas son de gran interés. Por ejemplo, elimina con enorme rapidez bacterias resistentes a los medicamentos y también mejora un 500% los efectos de la quimioterapia en la inhibición de tumores.

La microencapsulación es otro tratamiento que también actúa muy eficazmente en la reducción de tumores, y que posee además otras muchas aplicaciones terapéuticas, en tratamientos contra las enfermedades cardíacas o la diabetes (esta tecnología permite por ejemplo la liberación controlada de insulina, haciendo innecesarias las inyecciones diarias de esta sustancia).

La tecnología SPO (silicone pore optics) diseñada para el telescopio espacial Athena que se lanzará a mediados de la próxima década, ofrece también unas posibilidades interesantes para el tratamiento de tumores, puesto que permite irradiarlos con rayos X con un gran nivel de precisión, sin alcanzar las zonas circundantes.

Algunos avances en el terreno de la quimioterapia también son deudores de investigaciones llevadas a cabo en el espacio, como los experimentos llevados a cabo con ciertos fármacos inmunoconjugados. Lo mismo sucede con la búsqueda de biomarcadores en las biopsias, para lo cual se emplean algoritmos similares a los utilizados por los astrónomos en la búsqueda de patrones entre galaxias. Esta investigación en particular, si consigue “identificar características de tipo químico o genético relacionadas con cáncceres específicos […] podría revolucionar la detección precoz” de la enfermedad.

Desde luego, existen otros muchos aspectos, que podrían caracterizarse como beneficios indirectos para la salud, o como beneficios en el terreno de la prevención. Por ejemplo, las gafas de sol que tanta gente usa como objeto de estilo y expresión personal, pero que ayudan a prevenir enfermedades como las cataratas o el propio cánccer, han sido enormemente potenciadas a causa de las necesidades de la exploración espacial, que requiere lentes de excepcional calidad, debido a los elevados niveles de radiación del espacio exterior.

Algo semejante pasa con los avances en el tratamiento y purificación de agua para los sistemas de soporte vital de las naves espaciales: el impacto social que pueden tener es enorme, cuando gran parte del mundo sufre los estragos de enfermedades como el cólera (que según la OMS mata cada año a entre 21,000 y 143,000 personas, sobre un total de casos estimado entre 1.3 y cuatro millones) o la diarrea (segunda causa de mortalidad infantil, que afecta anualmente a 1.7 miles de millones de niños y niñas, matando a alrededor de 525,000).        

Aspectos como el monitoreo que los satélites hacen del clima, la contaminación y otros muchos fenómenos pueden ubicarse asimismo en este flanco preventivo. Por supuesto, los datos recogidos por los satélites, y en general toda la tecnología satelital, son capaces de impactar positivamente sobre la salud y la calidad de vida de muy diversas maneras.

En julio del año pasado, la NASA dedicó un interesante texto a exponer todo lo que la investigación realizada en la Estación Espacial Internacional está contribuyendo al logro de avances en la salud humana. A mi juicio, se trata de consideraciones que deben aparecer en cualquier debate sobre los elevados costos de la EEI y, por extensión, en todas las discusiones sobre la conveniencia de la investigación espacial, en particular cuando ésta se lleva a cabo con dinero público.

En este artículo nos enteramos de diversos proyectos, como los de caída cortada en anillo (ring sheared drop), un dispositivo que usa la tensión superficial, y no un contenedor sólido, para retener líquidos. Estos experimentos ayudarán a desarrollar nuevos medicamentos que inhiban la formación de placas amiloides, agregados de proteínas característicos de la enfermedad de Alzheimer. Debido a la ausencia de gravedad, la Estación Espacial Internacional constituye un lugar donde se puede explorar la formación de estos agregados sin tener en cuenta las limitaciones de los laboratorios en la superficie del planeta. En estos laboratorios deben formarse utilizando gotas de aceite de silicona rodeadas de agua, lo cual introduce inestabilidades que no están presentes en la microgravedad de la Estación Espacial, donde se pueden utilizar sólo gotas de líquido rodeadas de aire.

Ya se están desarrollando investigaciones en este sentido, y cabe augurarles un éxito formidable. Creo innecesario recordar su importancia en el contexto de una población humana con cada vez mayor esperanza de vida, por tanto más envejecida y más agobiada por el Alzheimer y otras enfermedades propias de la vejez.

En realidad, toda la medicina del envejecimiento se puede ver favorecida por la investigación espacial, dado que la adaptación del cuerpo a la microgravedad permite estudiar múltiples aspectos propios del proceso de envejecimiento (osteoporosis, problemas de equilibrio y cardiovasculares, debilitamiento del sistema inmunitario, etc.).

Así, quien diga que los miles de millones de dólares gastados en la EEI han sido un desperdicio de dinero, que piense en el estado de sus huesos o de su cerebro dentro de algunas décadas. Tal vez el espacio venga a salvar tus neuronas, igual que ya lo está haciendo con muchos otros órganos y funciones. Pero esta investigación es sólo una de las muchas que se están llevando a cabo en la Estación Espacial Internacional.

La investigación sobre vacunas, tan destacada en la actualidad, es otro campo que se beneficia en gran medida de las condiciones de microgravedad de la Estación Espacial Internacional, que modifican múltiples aspectos, como la resistencia a los antibióticos o la tasa de crecimiento de las bacterias. Significativamente, la microgravedad incrementa la virulencia de las bacterias, permitiendo seleccionar las cepas menos agresivas para ser utilizadas en las vacunas. Así, se está investigando una vacuna para la salmonella, enfermedad que representa una de las principales causas de mortalidad infantil.

Después de todo lo que hemos visto aquí (lo cual no es, ni mucho menos, todo lo que se podría presentar, más bien constituye una mínima selección) creo que no resulta exagerado responder positivamente a la pregunta que titula esta entrada. La investigación espacial sin duda ha salvado numerosas vidas en las últimas décadas y todas las perspectivas parecen indicar que seguirá cumpliendo un papel incluso más destacado en el futuro.

José María Filgueiras Nodar (Universidad del Mar)

Finaliza exitosamente la misión Artemis 1

Desde hace mucho tiempo, tengo ganas de escribir sobre el programa Artemis, que llevará otra vez a seres humanos (concretamente “a la primera mujer y a la primera persona no blanca”) a la superficie de la Luna, buscando además establecer una presencia humana permanente en nuestro satélite, de cara a futuras expediciones a Marte. Dada la complejidad y el alcance de este programa, es fácil ver que tendré que emplear bastante tiempo para dar un panorama mínimamente completo del mismo.

Por el momento, quiero recordar que hoy ha finalizado la misión Artemis 1, con el amerizaje de la nave Orion en el Pacífico, frente a las costas de Baja California. Esta nave despegó el pasado 16 de noviembre (impulsada por el cohete más potente desarrollado en toda la historia la NASA) y desde entonces ha recorrido  más de dos millones de kilómetros alrededor de la Luna, probando todos los sistemas que serán necesarios para regresar a la Luna en 2025. Durante su recorrido, la cápsula llegó a encontrarse a tan sólo 127 kilómetros de la superficie lunar, y también batió un récord en cuanto a la distancia alcanzada por una nave pensada para misiones tripuladas, ubicándose a 430,000 kilómetros de distancia de la Tierra. Por cierto, la única tripulación de la nave eran tres maniquíes atiborrados de sensores y dos muñecos de peluche, de la oveja Shaun y de Snoopy.

Uno de los aspectos más interesantes de esta misión fue su reentrada en la atmósfera, para lo cual se utilizó el método denominado “entrada de salto”, en el cual la nave, en lugar de entrar directamente a toda velocidad a la atmósfera, rebota en ésta de un modo similar a una piedra plana que lanzásemos sobre el agua. Este método permite que las fuerzas G dentro de la nave sean mucho menores que en la maniobra clásica de reentrada, y también que se pueda controlar el lugar y el momento del amerizaje de la nave. Otro objetivo de la misión que se cumplió en la reentrada fue probar el escudo térmico de la nave, capaz de soportar los más de 2,700 grados centígrados que se generaron en el descenso.

Así pues, la misión Artemis 1 ha concluido de forma tremendamente exitosa, lo cual es una excelente noticia de cara a las próximas misiones Artemis 2 y 3, que llevarán respectivamente a cuatro personas a circunnavegar la Luna y por fin a poner a dos seres humanos, después de medio siglo, en la superficie de nuestro satélite. En suma, hoy es un día para celebrar, pues se ha dado un gran paso en nuestro camino al espacio.

Imagen: La luna vista desde la nave Orion, el 5 de diciembre de 2022. Fuente: NASA.

José María Filgueiras Nodar (Universidad del Mar)